Este blog ... es una mezcla de cochina e ideal realidad
con cochina e ideal irrealidad, en una palabra la Cochinchina.
Es la vida tal como la he visto desde el punto de vista
de piso deshabitado y con apariciones. ¡El gran lío de la vida!
(Adaptación del Prólogo a las Novelas de la Nebulosa de Ramón Gómez de la serna)

sábado, 23 de mayo de 2009

QUÉ RIDÍCULO

- Es lo malo de vivir de puntillas, que hay poco q contar.
- ¿Vivir de puntillas? Tú no vives de puntillas jajajajaja vives intensamente.
- A ratos.. bueno.. vale, tienes razón pero es una intensidad constante

y lo que hace que haya muchas cosas que contar son los vaivenes.

Será que, como dice Iván Ferreiro, últimamente me siento inteligente y no tengo corazón.

Hoy por hoy, después de más de cuatro meses sin pasar por aquí, vivo aplicando lo poquito que sé de corte y confección, combinación de colores y decoración de espacios pequeños para tener la mente lo mejor amueblada y acogedora que puedo. He hecho las paces conmigo misma. Sigo desarrollando la capacidad crítica, la imaginación y la curiosidad por aprender.

Tengo la ilógica necesidad de escuchar a alguien que me diga que estoy haciendo las cosas bien. Soy incapaz de controlar mi autoestima y me frustra aún más saber que sube y baja a voluntad de cualquiera.

Parada en un semáforo ví pasar a un hombre que conducía cantando y me entró la risa, me pareció ridículo y me dio vergüenza pensar que yo casi siempre voy así. Después pasó otro coche en el que dos mujeres discutían y ya me dejé de reír. Para mi sorpresa pasó un tercero en el que iba otra mujer con un gesto muy triste… como pasaba despacio casi puedo asegurar que iba llorando.

No sé muy bien explicar todo lo que se me pasó por la cabeza al ver esas tres situaciones en tan poco tiempo y tan seguidas. Solo sé que cada dos por tres lo recuerdo y que me ha hecho descubrir lo que es verdaderamente absurdo.

¿Discutir a voz en grito? ¿Llorar? No, gracias, prefiero una vida en la que pase el tiempo intentando cantar como Pasión Vega. Me parece mucho menos ridículo.
Así es que tienes permiso para reírte de mí si me enfado o lloro. También si me vuelves a ver parada observando cómo los demás sienten (ya sean cosas buenas o malas).

Gracias a Ana Durán, a Alejandro Borrego, a Conchita, a los dos Manueles Garcías que no se conocen entre sí pero sí, os llamáis igual, a mi hermana, más family y todos los que me habéis animado a que vuelva a pasar por aquí.
Gracias por hacerme sentir un poco especial.