Este blog ... es una mezcla de cochina e ideal realidad
con cochina e ideal irrealidad, en una palabra la Cochinchina.
Es la vida tal como la he visto desde el punto de vista
de piso deshabitado y con apariciones. ¡El gran lío de la vida!
(Adaptación del Prólogo a las Novelas de la Nebulosa de Ramón Gómez de la serna)

lunes, 27 de junio de 2011

LA PALABRA "CULINARIO" NUNCA ANTES TUVO TANTO SENTIDO

Nota muy importante:

CANNAMELA es una marca de especias, no CANELA en italiano.

Vale, a partir de ahora vosotros jugáis con ventaja con respecto a mi. Yo llegué a Parma tan decidida a tener siempre dulcecitos y cosas ricas para los caprichos de la merienda que mis primeros pinitos como repostera comenzaron antes de que mi conocimientos de italiano fueran suficientes.

Aún así me metí en la cocina y me puse a hacer mi primer postre en mi nueva casa. Confié en mi traicionera intuición y… a mis primeras ocho natillas (ni una ni dos, ocho nada menos) les eché PAPRICA. Nunca antes había usado paprica, ni siquiera sabía que existía, así es que al leer en el bote esa palabra pensé que era la marca. Estaba claro: Cannamela marca Paprica.

Pues sí, clarísimo, al resultado de tal inteligente deducción se le llama “Natillas con pimentón”

Eso sí, las había hecho yo, y ya se sabe que el paladar es bastante más permisivo con lo que cocina uno mismo así que aún así me las comí… sabía raro, pero me las comí.
Descubrí por qué “la canela sabía como rara” bastante tiempo después.

jueves, 16 de junio de 2011

INOLpipDABLE

Cuando el casero nos enseñó nuestro piso parmesano por primera vez nos fue explicando punto por punto cada cosa. Cómo se encendía el horno, cómo funcionaba el calentador, en fin, las cosas básicas. Me llamó la atención el especial hincapié que puso en explicar cómo se apagaba la alarma anti-incendios. Nos dijo que a veces era un poco molesta porque sonaba sin tener por qué pero que estaba bien tenerla. ¿Un poco molesta? Igual que le pasó a Phoebe en la serie Friends, cuando ese bicho empezaba a pitar no había quien lo callase.

Era un pitido suave y muy corto. Sonaba cada diez segundos aproximadamente. Eso da como tiempo a “olvidar” que está sonando hasta que vuelve un PIP que te pone los nervios de punta. Después de casi un día entero con el pitido (primero no sabíamos de dónde procedía) conseguí callarla. Todas tranquilas. Ya cada vez que sonaba no tardaba ni un minuto en salir corriendo a apagarla.

Lo increíble de la historia y lo que me llevó a quitarle las pilas definitivamente llegó cuando Elena y yo volvimos de nuestro viaje por Bélgica. Llegábamos cansadas y a la vez super sonrientes hasta que oímos nuestro PIP de bienvenida. Todavía no me puedo explicar PIP cómo nuestras compañeras habían PIP estado conviviendo con el sonidito durante casi PIP una semana y PIP no les dio un ataque de PIP nervios.

viernes, 10 de junio de 2011

COJO UN TROCITO DE CADA PARTE

Casi un año viviendo en una casa mitad inglesa y mitad española. Muchos recuerdos de la perfecta combinación que hacíamos y de cómo acabamos formando lo que llamamos la familia internacional. Grecia, Turquía, Portugal y España unidas en Italia. Estar en un tren de Bélgica con una chica Rusa que había estado de Erasmus en Bratislava, hablando en inglés y comiendo mandarinas de a saber dónde mientras decía “yo este año vivo en Italia pero soy española”.

Después de horas estudiando italiano llegaba a la cocina y solo podía decir “bb.. bb.b..bb hello”. He paseado por Brujas compartiendo un paraguas bajo la nieve con un iraquí mientras conversábamos en inglés y se sorprendía como con nostalgia al oirme decir las tres o cuatro cosas que yo sé en su idioma. He compartido sueños con la misma persona en tres países diferentes en menos de un año. El hombre italiano del estanco, después de un año viéndome, me contó que este verano va a Málaga. Yo creo que estaba deseándo decirmelo desde que me escuchó el primer "unos sellos para enviar esto a España".


Mientras ordenaba la habitación escuché a un niño decirle a su madre “Guarda mamma! Un aereo!”. Si es que a todos nos llama siempre la atención ver un avión en el cielo. Por supuesto fui corriendo a asomarme por la ventana. Voy a celebrar mi cumpleaños con un gran argentino. He estado hablando por skype con mi familia mientras aquí ya era de noche y en Novelda de día. No deja de sorprenderme porque realmente tampoco estamos tan lejos.


Hay un momento en el que te das cuenta que tenemos mil maneras de llamar a la misma cosa y que tenemos muchas cosas con funciones casi iguales. Sucede cuando tu amigo griego te intenta explicar que le han enseñado a decir “chambergo” pero no se acuerda en ese momento. Tú estás ahí: “chaqueta, abrigo, sudadera, gabardina, polar, cazadora, ¿chaleco?, impermeable… no sé”.

Ahora me pongo a hablar inglés y me sale italiano. Echaré de menos esto. Aunque después de recordar todas esas cosas creo que ha quedado claro que no es una ciudad o un pais lo que hace a algo especial si no esos momentos irrepetibles que te hace vivir la gente. Aquí, alli, en clase, en un parque, en casa, en la habitación de la abuela en esas reuniones familiares improvisadas... siempre.