Este blog ... es una mezcla de cochina e ideal realidad
con cochina e ideal irrealidad, en una palabra la Cochinchina.
Es la vida tal como la he visto desde el punto de vista
de piso deshabitado y con apariciones. ¡El gran lío de la vida!
(Adaptación del Prólogo a las Novelas de la Nebulosa de Ramón Gómez de la serna)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

TEACHING PLACEMENT

Algo así como "En el lugar del profesor". Así se llama el proyecto en le cual participaré durante toda mi estancia en Parma. A pesar de mis catorce asignaturas (siete en cada cuatrimestre) los sábados por la matina voy al instituto Pietro Giordani, porque soy así de valiente. Allí me esperan treinta monstruitos entre catorce y dieciséis años con ganas de todo menos de escucharme a mí. A los chicos de 1ºL les doy pequeñas lecciones de Naturales y, los pobres, acabarán hartitos. Entiendo que es muy difícil a la vez que aburrido pero yo soy una mandada, al final tengo la esperanza de que nos hagamos amigos y que al menos aprendan algo.

Después una hora de descanso y mentalización para entrar en 1ºB donde las clases son simplemente de español. Allí sí que me reciben con una sonrisa y con muchas ganas de hablar. La profesoressa me cogió cariño desde el primer momento y es gracioso cómo entre las dos intentábamos que nuestros horarios coincidiesen sin que se notase demasiado. Creo que será una de las personas a las que más cariño cogeré aquí en Parma. Me sobrevalora (si es que esa palabra existe) pero eso a la vez me sirve para entrar a clase mas segura. Es muy divertido y siempre pone cara de admiración y dice “ohhh, muy buena idea” con su acento sudamericano cuando propongo algo.
Tengo que hacer fotos de todos ellos, cuando tenga más confianza.
Ilusos los que hacen esto creyendo que ellos van a aprender más de mi que yo de ellos.

Con menuda han ido a topar.

martes, 23 de noviembre de 2010

MOCHILA AL HOMBRO

Florencia, Siena, Roma y Pisa. Las cuatro primeras ciudades italianas que visité hace ya más de cuatro años. Me hace gracia porque vine muy arrepentida de no haber subido a la torre de Pisa. Costaba 15 euros y a la gente que iba conmigo les parecía demasiado caro así es que yo decía “bueno, volveré en un futuro y subiré, no pasa nada”. Ahora creo que si volviera a Pisa (cosa que dudo aunque no descarto) tampoco subiría. Se aprovechan muchísimo y ya le estoy cogiendo el gustillo a eso de viajar y limitarme a ver lo gratuito. Obviamente me pierdo muchas cosas pero aun así le veo muchas ventajas. Hace poco más de dos meses que comenzó mi experiencia Erasmus y ya he estado en Parma, Venecia, Turín, Verona, Bérgamo, otra vez Florencia y Cremona. La verdad es que no está nada mal a pesar de que yo me esté quejando siempre de que no viajamos nada.

Tengo la suerte de haber encontrado en mi vida a un inmejorable compañero de viaje con el que disfruto mucho más de cada cosa. Sabía que lo encontraría y me daba igual el dónde y el cuándo. Sin prisa y sin buscar. Sabía que le reconocería nada más verle. Ahora, entiendo aquello de “miré su cara y me hice creyente” porque desde que forma parte de mí creo en las personas, en mis posibilidades, en que alguien puede traerte la felicidad a cambio de nada.

Feliz no, lo siguiente.

lunes, 1 de noviembre de 2010

¡APELLIDO!

A las 4 de la mañana no hay ni un parmesano por la calle. Bueno ni a las tres ni a las dos, ni a la una… pero a las cuatro mucho menos. Hoy llovía y por Viale Agostino Verenini se veía cómo las gotas de lluvia alegraban la avenida con el color amarillo de las pocas hojas que todavía aguantan el viento en los árboles y las muchas que reposan ya formando una alfombra en el suelo. Ocho bicicletas caminan juntas silbando, como no, la sintonía de verano azul. Todos cansados pero con la sensación de que esto no se puede parar. Elena y yo, rápidas y caraduras proponemos acabar la fiesta en nuestra casa con la frase mágica “tenemos macarrones en casa…” y así acaba la jornada cinco españoles y dos franceses a cuatro metros escasos de mi cama.


Sé que no debo hablar de caminos buenos o malos pero a veces hay cosas que merecen tanto la pena. Porque la meta es licenciarte y conseguir un trabajo para poder sobrevivir y, con suerte, mantener una familia feliz pero ahora no estamos más que en el camino. Este es nuestro camino y nos ha tocado vivirlo juntos. Seguramente hubiera hecho buenos amigos en cualquier ciudad del mundo pero me alegro de haber elegido Parma y de poder compartir todo esto con ellos.

Las lluvias, el frío, los “si nos hubiéramos ido de Erasmus a la gran mierda seguramente habría mejor tiempo que aquí”, los éxitos culinarios y las mañanas en los autobuses que se transforman (ya os contaré). Adoro pasear con mi bicicleta por la ciudad y dejarme caer en las avenidas con pendiente.

Esto es un lujo.