VIVIR

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¿Sabéis? A mí desde bien pequeña me ha gustado desmontar las cosas para ver cómo están hechos por dentro. Supongo que eso me ha ayudado a desarrollar mi imaginación y ha mantenido activa mi curiosidad. De siempre me ha encantado aprender. La mini-caja de herramientas gris que hay en mi casa con sus mini-destornilladores me ha servido para abrir calculadoras, despertadores y bueno, juguetes en general…

Una vez intenté darle la vuelta la mecanismo de un reloj. Me acuerdo perfectamente que era un despertador pequeño, cuadrado. Teníamos dos iguales así es que podía enredar libremente. Si se estropeaba no pasaba nada. Yo, aunque supiese que era casi imposible, tenía que intentarlo. Como estaba formado por poleas pequeñas estaba claro que solo con poner una polea más entre otras dos ya el mecanismo debería ir al revés. Pero claro, nada es tan fácil. Al final siempre desistía.

Muchos años después llega a las pantallas la película del Curioso Caso de Benjamin Button. Cuenta la historia de un relojero que hace un reloj que va al revés y, en cierto modo, me da rabia. Ahora todo el mundo iba a querer uno y mi idea hasta el momento yo la consideraba bastante original.

Entre unas cosas y otras hoy escribo aquí porque me he dado cuenta de que en las entradas de este año hablo mucho de Dani. Creo que ha llegado un momento de mi vida en el que he aprendido ver cuáles son las cosas que hacen que de verdad mi vida sea como es. Quienes son las personas que sacan lo mejor de mi.

¿Que qué tiene que ver una cosa con la otra? Hoy 22 de Abril llega Dani a mi casa con una maleta en la cual hay pegado un folio que pone “Comienza la cuenta atrás para el viaje de tu vida”. Después de leer en su blog la introducción de mi sorpresa abro la maleta y me encuentro dentro ese reloj de las fotos. Un reloj cuyas agujas giran al contrario del sentido de las agujas del reloj jeje. La ilusión que tuvo aquella Marina con el pelo a cacerola hoy, por fin, se hace realidad. En el momento justo. Ahora que quiero vivir cada segundo y recrearme en él volviendo para atrás a la vez que sigo avanzando. Estará ahí para recordarme que nada tiene por qué ser como está preestablecido, que hay siempre distintas formas de ver las cosas, que ya eres casi educador social y yo soy media bióloga ya, que el tiempo pasa para todos, ¡que hay que mirar atrás avanzando!, que lo más increíble está por llegar, que nada es imposible y sobre todo que puedo contar contigo.

Tengo el mejor amigo del mundo,
lo siento por el resto de los habitantes del planeta Tierra.

Todo esto en solo 20 años y algunos meses… mamma mia!