VERDADES COMO PUÑOS

Recibiendo una paliza de verdades, solo veo golpes por todas partes que aun y así no me hacen reaccionar. Puños de los que no puedo defenderme. Verdades que entran en mi cabeza y yo las escondo en la esquinita más oculta de ella para no verlas más. Pero sigue hablando, sigue diciéndome todo lo que no sé, sigue rompiendo a cachitos todo lo que construí en mi mente pero permite que mientras hablas tape mis odios para hacer como que no me importa. Punto puesto. III Punto y aparte, punto después de su nombre (que a mi me funciona), puntos más grandes que nunca. No puedo volver a nacer, ya utilicé ese comodín. Ahora no puedo más que puntuar a mi gusto este cuento en el que estoy metida. Punto y seguido y de nuevo risas que hacen que recupere energías, esas poquitas que perdí pero que no llegan a dejarme KO. Y volver a coger aire para seguir la historia siempre sin leer entre líneas, creyendo a pies juntillas cada párrafo, cada página y cada día.
Todo, absolutamente todo, es producto de mi imaginación.
Bienvenidos al teatro de las máscaras más sonrientes y las interpretaciones más verosímiles. Disfruten del espectáculo.

“Es que eres gilipollas.” Necesitaba que alguien me lo dijese tan claramente.

No me importa si alguien me pide explicaciones de este texto, no voy a darlas, dejo jugar a vuestra imaginación.
Gracias a Patricia por llamarme e interrumpir mis pensamientos que ya comenzaban a entristecerme y por haberme hecho sonreír al ver que hay personas que notan cómo me siento solo con oír mi voz por teléfono. Ya está de más decirte que te quiero.

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“Piensa que es libre porque anda suelto

mientras que arrastra la soga al cuello.”